jueves, 17 de marzo de 2011

Como una eternidad

¿Recuerdan alguna vez a su madre enferma? ¿Verdad que no? Y es que no lo había pensado antes, pero eso de enfermarse está muy complicado.

Lo peor es que era de esperarse. Mientras las nenorras estuvieron enfermas comenzó a dolerme la cadera. No le presté mucha atención. El día que sentí que la grande había salido por fin del círculo vicioso fue cómo si mi cuerpo se diera permiso a caer y la espalda se me bloqueó.


Dentro de todo, prefiero mil veces enfermarme yo que mis niñas. Además tengo la suerte de tener una suegra maravillosa que se encargó de las nenorras mientras Mr. D podía organizarse para venir a mi ayuda. Pero es frustrante no poder curarse con una pastilla mágica.


El tratamiento es además muy poco realista: no te muevas y no levantes peso. ¿Cómo le explicas a un bebé que no puedes cargarla? Tan sólo espero que me recupere rápido, porque cada día que pasa me parece una eternidad.

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