martes, 15 de febrero de 2011

Mi pequeña adolescente

Cuando voy por la calle se me ocurren mil ideas para escribir. Pero cuando estoy en casa me falta el tiempo y las ganas. Yo creo que sigo un poco “entumida” y por eso hoy que he tenido un buen día no voy a desaprovechar la oportunidad.

En el grupo de canto me encontré con varias madres buena onda. Últimamente había tenido mala suerte y continuamente me topaba con vacas. Soy nueva en el barrio y muchas veces me preguntaba si ese era el problema. En realidad creo que el problema es asistir a grupos de bebes con mi nenorrona que cumple 2 años el próximo mes.

No tengo mucha opción porque también tengo que incluir actividades para la nenorra de 6 meses, así es que intento combinar las cosas. Pero hasta ahora era toparme con una pared.

¿Cuál fue la diferencia? ¿Por qué hoy la actitud de las otras mujeres fueron menos hostiles? Yo pienso que fue suerte, no es posible que sólo haya vacas en este mundo, no? Pero, si soy super honesta, creo que la actitud de mi nenorrona “la adolescente” tuvo mucho que ver.

Creo que todos hemos escuchado el dicho de “los terrible dos” y temo decirles que es por algo que lo dicen. Mi dulce niña últimamente hace más travesuras que de costumbre. En el grupo de canto es muy divertida porque se para a bailar, pero hoy decidió convertirse en escapista profesional.

¡Parece imposible que con esas piernitas pueda correr tan rápido! Así es que ahí me tienen con una bebota en brazos tratando de perseguir a mi adolescente. Llego un momento que no podía más y para mi sorpresa la mujer junto a mí se ofreció a ayudarme.

No me dio ninguna lección de cómo ser una supermadre, ni me hablo de lo buena que ella era. Sólo me dio la mano en un momento que las mías no me alcanzaban. ¡Qué genial encontrar gente así!

Y es que cuando uno cree que ya tienes la situación controlada, surge algo: en este caso la necesidad de mi nenorrona de rebelarse contra su mami.

Claro, tengo que admitir que prefiero a que juegue a escaparse, incluso prefiero que me cierre las puertas de su cuarto, a la horrible travesura que me hizo hace unos días. Debido a que la nenorra chiquita estaba llorando mucho en el baño, decidí sacarla antes. Cuando regresé de ponerla en su cuna en aproximadamente 2 segundos, escucho a la nenorrona gritando “CACA”. Efectivamente, se hizo caca en la bañera. ¡Qué asco!

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