sábado, 23 de octubre de 2010

Dejarme llevar por la corriente


Nadie te puede preparar para la maternidad. Es como si te enseñaran a nadar en medio del mar en pleno huracán. Lo peor es que tú ni siquiera habías visto el agua en tu vida. Eso fue lo que sentí cuando me encontré sola con un bebe llorando a todo pulmón. ¿Será hambre? No. ¿Será el pañal? No. ¿Y entonces que quiere?


Yo creo que todas las madres primerizas tienen la misma sensación, pero nadie lo quiere contar porque sería como admitir que una es mala madre. Yo lo admito: soy un desastre como madre y me ha costado adaptarme al cambio de vida.


Con los meses he ido mejorando. Dejarme llevar por la corriente ha sido la primera y más valiosa lección de esta nueva vida. Ahora que mi segunda niña cumple 3 meses de edad, también he decidido que poco a poco podré encontrar nuevamente mis espacios. Este blog es precisamente un intento por recuperar algún espacio de mi vida pasada, sin desdeñar la presente: soy una madre feliz pero imperfecta.

2 comentarios:

  1. Bienvenida querida, así somos todas nosotras, creadas para el trabajo, atropelladas por la maternidad cuando menos lo esperabamos... Pero que fascinante viaje no? besitos, Adri

    ResponderEliminar
  2. Total a nadie le damos gusto...si decides ser mamá te miden las costillas para ver qué tan buena madre eres...y si decides no serlo, te tachan de egoísta, de anormal, de antinatural (porque lo natural es ser madre ¿o no?)...yo la verdad es que respeto a mis amigas que se animaron a serlo, me parece un acto de valentía...Abrazos Lourdes...

    ResponderEliminar