jueves, 18 de noviembre de 2010

Con sólo una mirada

Gambatte” es mi palabra favorita en japonés. No tiene un significado directo en español, pero es como decir “échale ganas”.

En estos días pienso en esta palabra muy a seguido, sobre todo cuando me encuentro a otras madres empujando carritos dobles. Parece que con la mirada y una sonrisa nos decimos todo: lo mal que hemos dormido, las ganas de leer un libro tranquilas o simplemente tomar una ducha de más de cinco minutos.


El verlas me hace sentir mejor. Lo curioso es que nunca antes había visto tantas carreolas dobles, ni tampoco me había puesto a pensar en la complicación de tener dos niñas tan pequeñas al mismo tiempo.

Tengo que admitir que lo mismo me pasó cuando estuve embarazada. !En todas las esquinas veía a otras embarazadas! No cabe duda que no hay nada como vivir una experiencia en carne propia para entender lo que se siente.


Aunque, pensándolo bien, hay experiencias que sería mejor no pasarlas. Tal como comentó una madre en un el grupo de juego en la biblioteca municipal: es difícil tener un bebe prematuro porque uno tiende a sobreprotegerlos.


Ambas tuvimos preeclampsia grave. Yo tuve suerte porque lograron salvar a mi beba. Ella no tuvo esa suerte. Su niño murió. Ahora, tras otro difícil embarazo, logró tener una niña, aunque es prematura igual que mi primera bebita.


Mientras miramos a las niñas aplaudir al son de la música, nos sonreímos. No hace falta más para compartir este momento mágico. Pese a nuestros temores y los malos tiempos, frente a nosotras tenemos a dos niñas sanas, felices y hermosas. ¿A poco no vale la pena echarle ganas?

2 comentarios:

  1. Lourdes, hola...
    he leído todas tus reflexiones...me gustan mucho, porque las cuentas tal cual...te veo y veo a todas mis amigas que se animaron a la maternidad...pero...¿dònde rayos estàn los hombres? existen?

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  2. Existimos y sentimos las mismas cosas, salvo las físicas, claro está. Todo depende del grado de implicación del papá, pero cuando leo las cosas que escribe Lourdes creo que me siento tan identificado como cualquier mamá, en lo de la magia, en lo de las miradas y en lo de la ducha de más de cinco minutos.

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